jueves, 14 de abril de 2011

Práctica 9. Entorno familiar y relación escolar. Educación familiar vs Educación escolar ¿Qué está pasando?

1. Qué responsabilidades educativas crees que tiene la familia desde la perspectiva de los profesores. ¿Y la escuela?
Los profesores creen que las familias son las principales responsables de educar a los niños en los valores y actitudes socialmente aceptados, no obstante creen que la escuela tiene el deber de colaborar en este sentido para apoyar y complementar el trabajo de las familias, aunque por sí sola no lograría este objetivo si las familias no van en la misma dirección. También piensan que las familias deben encargarse del desarrollo de las habilidades sociales de sus hijos en cuanto a autonomía personal, como son: el aseo, el vestido, el cuidado personal, etc., si bien, igualmente creen que la escuela también puede colaborar a la hora de conseguir estos objetivos. Por último, en cuanto a la enseñanza de normas y/o responsabilidades familiares, los profesores tienen claro que la responsabilidad recae mayoritariamente en las familias, aunque no dudan en colaborar para afianzar estas costumbres.
Por otro lado, los profesores piensan que la principar responsabilidad de la escuela es, sobre todo, trasmitir conocimientos académicos en las diferentes áreas del currículo, ya que muchas familias no disponen de los conocimientos ni de la formación necesaria para poder llevar a cabo esta función ellas mismas sin la ayuda de la escuela. También considera muy importante, como ya hemos mencionado anteriormente, colaborar con las familias en cuanto a la enseñanza de valores y aptitudes, como son el rechazo a las discriminaciones, el respeto hacia los otros, ser solidarios y comprensivos con los problemas de los demás, ser honrados, aceptar las ideas diferentes y las distintas formas de pensar, respetar la naturaleza, inculcarles espíritu crítico, decir la verdad…
2. Qué responsabilidades educativas crees que tiene la escuela desde la perspectiva de los padres. ¿Y la familia?
Los padres se sienten responsables de la enseñanza de valores a sus hijos, como son: el respeto hacia los demás, ser solidarios y comprensivos, rechazar discriminaciones, ser honrado, etc. Los padres también se sienten responsables en cuanto al desarrollo de las habilidades sociales de autonomía personal en sus hijos. Lo mismo ocurre con la enseñanza de normas y/o responsabilidades familiares.
Sin embargo, en cuanto a la enseñanza de conocimientos y estrategias educativas, los padres dejan en manos de los profesores estas responsabilidades, aunque, bien es verdad, creen que ellos también deberían tener cierto compromiso al respecto.

3. Cómo profesores, ¿crees que se podrían acercar estos contextos en la actualidad? ¿Cómo?
Efectivamente, estos contextos educativos, el familiar y el escolar, no solo se podrían acercar sino que deberían hacerlo, ya que tienen responsabilidades complementarias y un objetivo en común: educar al mismo niño; y es por esto que, familias y escuela, deben aprender a trabajar juntos, valorando lo que cada uno puede aportar para, así, poder caminar en la misma dirección.
Para lograr esto, hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
La colaboración entre familia y escuela es imprescindible, para que la escuela pueda estar al servicio de las necesidades de los alumnos y sus familias y éstas puedan, a su vez, contribuir al rendimiento escolar de los niños. Para conseguir esto habría que mejorar la comunicación y los mecanismos para intercambiar información significativa sobre el niño, entre padres y profesores.
Las escuelas deben tener presente que hay distintos tipos de familias, con necesidades, creencias, valores y estrategias educativas diferentes, y que todas ellas pueden ser perfectamente válidas. Por ello, el objetivo sería lograr un acuerdo, entre  los padres y las escuelas, sobre las formas de hacer las cosas para que todos los implicados se encuentren cómodos.
  Otro factor a tener en cuenta es  el modo en que la dirección del centro escolar gestiona la intermediación entre padres y profesores, de modo que se incentive a las familias para que hagan propuestas y asistan a las reuniones previstas. También deben proporcionar medios para el intercambio de información, favorecer la creación de redes de servicios (entre colegios, AMPAS, instituciones,…) de modo que los padres sean vistos, también, como educadores.
La implicación de los padres en la educación de sus hijos se ve incrementada cuando creen que las prácticas escolares les ayudan a aumentar su conocimiento sobre determinadas áreas y cuando los programas responden a las necesidades de los padres y no se centran en los problemas.
También es necesario que el profesorado sea formado en cuanto a habilidades de comunicación y en actividades de colaboración con las familias.
Por último, la legislación debería adoptar una posición más abierta y facilitadora de las relaciones entre padres y educadores, como por ejemplo, incrementando la autonomía de los Consejos Escolares, eliminando la simetría entre padres y profesores en su composición y promoviendo que sus actuaciones se centren fundamentalmente en lo educativo y curricular.

4. Desde las ideas anteriores, ¿a quién crees que le corresponden las siguientes tareas? ¿Por qué?
           Transmisión de normas, valores, costumbres, etc.
La familia es la principal responsable de este punto de actuación, ya que es el agente de socialización primaria y los niños cuando llegan a la escuela ya traen consigo una serie de valores, normas y costumbres provenientes de sus familias que, sin saberlo, han interiorizado durante sus primeros años de vida. Es por esto que nos parece muy importante que las familias sean plenamente conscientes de su relevancia a este respecto para que puedan cumplir con su labor de una forma responsable y coherente con los objetivos educativos que tienen para con sus hijos.
Tampoco podemos olvidar que la escuela tiene un papel muy importante como agente socializador y que los niños “continúan” (y decimos “continúan” y no “empiezan”) su educación en ella.
      El desarrollo de habilidades sociales de autonomía; en las que se le enseñarían al niño actividades y estrategias para que aprenda a ser independiente, valerse por sí mismo; aprenda habilidades relacionadas con el aseo, comida, vestido; etc. Y habilidades de interacción: expresión de emociones, autoafirmación, habilidades sociales-verbales.
Igualmente pensamos que en este punto los principales educadores deberían ser los padres, ya que es en casa donde el niño ha tenido más oportunidades de practicar, en un clima de confianza, sus habilidades a la hora de vestirse, asearse, comer…
En cuanto a la expresión de las emociones, es en un ambiente de confianza y seguridad donde el niño se sentirá más cómodo a la hora de mostrar sus sentimientos y sus verdaderos estados de ánimo, y la forma en que lo haga y la forma en que la familia marque lo que es aceptable o no, a este respecto, influirá de manera notable en el niño, lo cual también afectará su autoafirmación y autoconcepto.
Respecto a las habilidades sociales-verbales, podemos decir que se inician, también, en el seno familiar, pero es en la edad escolar y en la escuela donde tienen más oportunidades de ser perfeccionadas y practicadas, ya que el niño tiene la oportunidad de mantener relaciones de muy diversos tipos y grados de jerarquía: con los compañeros, con los profesores…
Enseñanza de conocimientos y/o estrategias educativas.
Pensamos que ésta es la labor primordial de la escuela, ya que muchas familias no tienen la preparación, ni los conocimientos necesarios para llevar a cabo esta tarea. Sin embargo, la labor de las familias puede llegar a ser muy importante en este campo a la hora de apoyar, motivar y ayudar al niño en todo cuanto necesite para lograr sus objetivos escolares.
      Enseñanza de normas y/o responsabilidades familiares. Aquí se incluyen conductas muy sencillas como colaborar en casa.
Nos parece que este tipo de enseñanzas es responsabilidad, sobre todo, de las familias, pues son actitudes que deben interiorizar desde pequeños y poner en práctica en su vida cotidiana. Aunque no cabe duda que también la escuela puede colaborar a afianzar este tipo de hábitos.
5. ¿Cuál sería vuestra conclusión en este debate Familia vs Escuela?
      Se trata de conseguir un objetivo común: educar al mismo niño. Esto debiera verse como una colaboración entre los distintos entes implicados en este mismo objetivo, en lugar de como una rivalidad. Puesto que el niño reparte la mayor parte de su tiempo entre la escuela y la familia, ambas tienen responsabilidades compartidas en todos los ámbitos en los que el niño debe ser educado y, lo quieran o no, deben llegar a un mejor entendimiento recíproco para lograr así los fines de una y otra, para lo cual es imprescindible una actitud de respeto mutuo, así como una actitud cooperativa por parte de ambas, lo cual no sería posible sin una buena comunicación. Así, tanto la escuela, como la familia, podrán tener una visión más amplia y realista del niño, con menos sesgo a la hora de apreciar cuales son los verdaderos problemas que hay que solucionar y cual es el mejor camino a seguir para lograr la finalidad de la educación, a saber, integrar a los niños en la sociedad y hacer que ésta sea cada vez más justa.

COMENTARIO DEL ARTÍCULO: ¡CUIDADO! LA “MADRE TIGRE” DEVORA A SUS HIJOS.
Se trata de Chua, la hija de unos inmigrantes chinos, nacida en EEUU y profesora de Derecho en la Universidad de Yale. A pesar de estar casada con un norteamericano y estar plenamente integrada en la sociedad estadounidense, pretende inculcar a sus hijas los valores, normas y costumbres de las sociedades orientales, aun sabiendo que va en contra del resto de la sociedad americana. En las sociedades orientales, el individuo es visto como una máquina y para que responda como se espera de él, es necesario educar, ya desde niños, en una estricta disciplina. Éstos deben obedecer a tres normas: la obediencia, la disciplina e integrarse al grupo con el mayor éxito posible y de ahí la preocupación de esta madre porque sus hijas no saquen notas inferiores a sobresaliente. Aunque es bien sabido hoy en día que una carrera académica exitosa no garantiza, como antes, el éxito social en la vida de adulto.
En cuanto al desarrollo de habilidades sociales de autonomía y habilidades de interacción, esta madre da una educación así de estricta a sus hijas pensando que “una sociedad tan permisiva y sobreprotectora, como lo es la americana, genera personas inmaduras emocionalmente”. Quizá sea verdad que una excesiva permisividad genere personas inmaduras, pero el extremo opuesto no garantiza personas más maduras emocionalmente, de hecho, este estilo de educación no tiene en cuenta la autoestima y el autoconcepto, ya que al tener a los niños tan controlados, éstos no tienen la posibilidad de experimentar y descubrir cuales son sus verdaderos gustos, sus preferencias; el miedo y el conformismo no les deja expresar sus intereses y necesidades y esto genera resentimiento. Estos niños aprenden a fingir un comportamiento correcto con el fin de evitar los castigos, pero, cuando nadie vigila, no es seguro que la conducta que se pretende evitar no aparezca. Cuando estas personas llegan a la madurez pueden tener carencias que les lleven a estados de ansiedad y a depresiones e incluso a estallidos de violencia, contra sí mismos o contra los otros. De modo que al dejar a un lado la autoestima y centrarse principalmente en los logros académicos, esta madre está yendo en contra de lo que piensa la mayor parte de la sociedad en la que vive.
En cuanto a la enseñaza de conocimientos y/o estrategias educativas, hemos de suponer que las enseñanzas a este respecto no se las imparte ella misma a sus hijas, sino que contrata profesores especializados para ello. Pero en cualquier caso, esta madre decide qué y cuánto tienen que estudiar sus hijos. Es decir, ha decidido que tienen que sacar como mínimo un sobresaliente en todas las materias, para lo cual deben estudiar muy duramente, excepto en gimnasia y teatro, de lo que podemos deducir que las enseñanzas artísticas no tienen mucha importancia para esta señora, normal por otro lado, ya que éstas requieren una espontaneidad y una creatividad que ella les niega a sus hijas; también ha decidido que deben aprender a tocar un instrumento, pero no uno cualquiera, solo pueden elegir entre el piano y el violín, porque, según dice “forjan carácter”; la capacidad de decisión que tienen estos niños es mínima, su madre decide por ellos ya que, según dice, quiere “hacer de ellas seres capaces de enfrentarse al mundo, competitivo y cruel como es”.
Por último, en cuanto a la enseñanza de normas y/o responsabilidades familiares, está claro que esta madre tiene impuestas una serie de reglas a sus hijas y que éstas deben cumplirlas impecablemente. No obstante, la gran responsabilidad que tienen estas niñas para con su familia es que, ya que las generaciones pasadas hicieron el esfuerzo de emigrar y hacerse un hueco en la sociedad norteamericana, ellas no pueden acomodarse y fracasar, sino que tienen que demostrar que tal esfuerzo mereció la pena y deben estar a la altura siendo las mejores. Una responsabilidad demasiado grande para unas simples niñas.
Podemos concluir diciendo que esta madre, se toma como absolutamente suyas todas las responsabilidades concernientes a la educación de sus hijas. No solamente no deja hada al azar, sino que apenas delega ningún tipo de decisión ni en escuela, ni en sociedad, ni por supuesto en sus propias hijas. Tiene muy claro el camino que estas han de seguir para ser personas adultas exitosas, según sus cánones, y no duda en sacrificar el bienestar y la felicidad actual de sus hijas con tal de asegurarles un futuro mejor, algo que, por otro lado, tampoco está tan claro…

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